La segunda jornada de la 68ª Muestra Internacional de Cine de Venecia recibió hoy con delirio a la cantante Madonna, quien presentó su película "W.E." y aclamó a la actriz Kate Winslet, protagonista del filme "Carnage", dirigido por Roman Polanski.
La película, dirigida por la "Material girl", está dedicada a la socialité estadunidense Wallis Simpson, dos veces divorciada y por quien en los años 30 Eduardo VIII renunció al trono de Inglaterra. El filme fue presentado fuera de concurso en la muestra veneciana.
Y aunque fue recibido por la crítica con pocos aplausos, Madonna no desilusionó a sus cientos de fans, que desde temprana hora se instalaron ante la alfombra roja para verla desfilar (por la noche) por pocos minutos, durante su ingreso a la proyección oficial.
El clamor causado por su presencia pareció no molestarla y en la conferencia de prensa respectiva respondió a todas las preguntas, incluidas las que tenían que ver con sus ex maridos, Sean Penn y Guy Ritchie, a quienes dijo apreciar "por su creatividad".
Dijo haberse sentido involucrada "emotivamente" en el caso de un hombre (Eduardo VIII) quien por amor renunció a la corona, pero precisó que ella, en cambio, no renunciaría a nada.
"¿Renunciar?, ¿por quién?, ¿por un hombre?, ¿por una mujer?, digamos que yo me quedaría con todos", respondió con ironía.
Aseguró sentirse identificada, "de alguna manera", con Simpson, cuyo mundo al lado de Eduardo VIII calificó como "bello y decadente".
"Pero el glamour y la belleza no garantizan la felicidad", sentenció, tras opinar que su película habla del amor, que "es la esencia misma de Dios, la fuerza intangible que nos mueve a todos y sin la cual no existiríamos".
Una multitud, que incluía a fans, fotógrafos, camarógrafos y periodistas recibió con gritos y aplausos a la estrella del pop a su arribo, en lancha, al embarcadero del Palacio del Casino.
Con un vestido negro que le llegaba abajo de las rodillas y en lo alto remataba con un cuello blanco, anteojos oscuros, tacones altísimos y una cruz en el cuello, Madonna se entretuvo saludando a los protagonistas de "W.E.".La película, dirigida por la "Material girl", está dedicada a la socialité estadunidense Wallis Simpson, dos veces divorciada y por quien en los años 30 Eduardo VIII renunció al trono de Inglaterra. El filme fue presentado fuera de concurso en la muestra veneciana.
Y aunque fue recibido por la crítica con pocos aplausos, Madonna no desilusionó a sus cientos de fans, que desde temprana hora se instalaron ante la alfombra roja para verla desfilar (por la noche) por pocos minutos, durante su ingreso a la proyección oficial.
El clamor causado por su presencia pareció no molestarla y en la conferencia de prensa respectiva respondió a todas las preguntas, incluidas las que tenían que ver con sus ex maridos, Sean Penn y Guy Ritchie, a quienes dijo apreciar "por su creatividad".
Dijo haberse sentido involucrada "emotivamente" en el caso de un hombre (Eduardo VIII) quien por amor renunció a la corona, pero precisó que ella, en cambio, no renunciaría a nada.
"¿Renunciar?, ¿por quién?, ¿por un hombre?, ¿por una mujer?, digamos que yo me quedaría con todos", respondió con ironía.
Aseguró sentirse identificada, "de alguna manera", con Simpson, cuyo mundo al lado de Eduardo VIII calificó como "bello y decadente".
"Pero el glamour y la belleza no garantizan la felicidad", sentenció, tras opinar que su película habla del amor, que "es la esencia misma de Dios, la fuerza intangible que nos mueve a todos y sin la cual no existiríamos".