19/3/11

Maestro de Madonna en Chile.

Yehuda Berg, autor de “El poder de cambiarlo todo” dará una conferencia en CasaPiedra (CHILE)  el 27 de marzo. El “kabbalista de la gente” promueve el poder del individuo para cambiar las cosas.
  Yehuda Berg lleva entre 25 y 30 años estudiando la Kabbalah. Es un maestro absoluto en el tema, con más de 30 libros a su haber en los que habla sobre autosuperación, sexo, amor. Su última publicación llamada “El poder de cambiarlo todo” es un claro ejemplo de cómo vincula lo humano con lo divino. Ha sido guía espiritual de Madonna, de Demi Moore y de Ashton Kutcher. También de líderes de alto rango, así como trabajadores políticos de base. Por todo eso la revista Newsweek lo eligió como la principal autoridad del movimiento Kabbala el año 2007.
  Sin embargo -o tal vez debido a todo lo anterior- le complica definir escuetamente de qué se trata la Kabbalah. Para profundizar en el tema es que visitará dará una conferencia en Casa Piedra este 27 de marzo.
A vuelo de pájaro se puede decir que la Kabbalah es una disciplina proveniente de la mística judía en la cual se estudia el Árbol de la Vida. Hay datos que la remontan al Siglo XII, mientras que otros los sitúan en el origen mítico de la cultura judeo-cristiana. Sea cualquiera de las dos épocas, seguro podemos afirmar que es una sabiduría muy antigua.
El origen de la kabbalah está en sabiduría antigua judía ¿es aplicable a otras religiones? -De los estudiantes de la kabbalah quizás 85% son cristianos. Quizás 5% son judíos y el resto es de otras religiones. Creemos profundamente que el conocimiento universal pertenece al universo. Yo aprendo de la religión judía, aprendo de la religión cristiana. Y creo en Dios fuertemente, creo en una verdadera conexión con Dios. Aprendo de la cristiandad, así como del profeta Mahoma. Si compartiéramos la sabiduría entre diferentes religiones, te aseguro que habría paz en Medio Oriente, por ejemplo.
-¿Cómo ha sido tu trabajo con los líderes políticos?
-Por siglos la gente ha consultado la kabbalah para usar su sabiduría en sus vidas. Por generaciones la gente ha sabido que para ser más poderosos hay que ser más sabios. El interés de trabajar con líderes nace con mi padre, que era también mi maestro. Él empezó una relación de amistad con el rey Hassan II de Marruecos. Y desde ahí me siento que debo hacer lo mismo. Y he aprendido que a veces, la gente que está en niveles de menos poder tiene más influencia sobre las personas que la gente de niveles superiores.
-¿Qué buscan las estrellas del espectáculo con quienes has trabajado?¿Qué buscan Madonna, Demi Moore y Ashton Kutcher en la Kabbalah?
-Usualmente cuando alguien es exitoso, lo tiene todo, siempre va a sentir que le falta algo, que hay vacío. Y eso no se va a llenar con más dinero o con otra película o alguna otra cosa que esté afuera. Se trata de algo interno. Incluso con todo el éxito y el dinero o el ego, aun no llenas nada. Y en la kabbalah buscan la sabiduría para saber porqué están tan vacíos.
-¿Tiene alguna impresión de Chile?
-Lo que sé de Chile es que tengo muy buenos amigos de allá, que me dan la idea de que hay muy buena gente. El resto son cosas de la televisión. Pero creo que te podré decir más cuando esté allá.
-Hablas mucho de cómo la persona tiene el poder de cambiar las cosas…
-Empezamos nuestra vida y siempre pensamos “yo, yo, yo”. Esa es la razón de porqué el mundo es como es, con toda clase de problemas sociales. Es porque somos naturalmente egoístas, como humanos. Ese es el punto de partida. En algún punto tenemos que despertarnos y decir, ¿sabes qué? El mundo no puede seguir así. Sólo va a empeorar. Nosotros tenemos que trabajar mirando hacia un cambio. Un cambio de nosotros y un cambio del mundo. Cada uno puede hacer un plan de cinco años. En un año hago esto, en otro hago, esto en dos más otra cosa. Todos los planes en nuestra vida deben incluir a otros y deben hacerse preguntando ¿cómo puedo hacer algo diferente en este mundo?
-¿Cómo puedo hacer estos cambios frente a las grandes corporaciones o las decisiones de los gobiernos?
-La kabbalah trabaja a muchos niveles. Uno es con la gente que es similar a nosotros, con los que podemos trabajar juntos, como grupos y la gente que no es similar a nosotros. Hay gente que puede influir más y gente que puede influir menos. Pero cada uno puede hacer un cambio. Cada uno. Incluso si eres un padre con dos hijos, puedes influirlos a ellos. Esa es parte de la responsabilidad que tenemos de vivir en nuestro planeta y compartirlo con otras personas.