La cantante prometió construir una guardería, pero su fundación malgastó los 3,8 millones de dólares en automóviles, cursos de golf y demás lujos.
Madonna está rodeada de malas noticias. Primero la muerte de su abuela la dejó devastada, luego un ladrón intentó robar su residencia de Londres y ahora la "Reina del Pop" se enteró que los 3,8 millones de dólares que había destinado para construir una escuela en Malawi han sido derrochados.
La artista estadounidense decidió donar a este país africano la suma de 3,8 millones de dólares después de adoptar a su hijo David y con este dinero pretendía crear un centro de estudios para niñas, según divulgó el diario británico The Guardian.
Madonna ya ha tomado medidas al respecto y aseguró que tras lo ocurrido está "frustrada", ya que en ese centro se habría educado a 400 niñas. Eso sí, un representante ya precisó que "el proyecto no se ha cancelado".